El árbol de Fresno

Características:

Hojas: Las hojas son lanceoladas, con el haz verde oscura y agrupadas en 9-13 folíolos.

Flores: Presenta flores blanquecinas muy perfumadas, que se disponen en inflorescencias muy vistosas.

Tallo: Su corteza es oscura y agrietada.

Estilo: Es un árbol caducifolio que en el otoño cambia el color de sus hojas y muestra una tonalidad amarillenta.

Altura: La altura que suele tener es de 8 a 12 m, pero puede llegar a alcanzar hasta 40 m.

Cuidado:

Siembra: La semilla de la mayoría de las especies germinan con facilidad si se estratifican alrededor de 4ºC de 2 a 4 meses. Además, las semillas están contenidas en una sámara, que es el fruto de esta árbol.

Riego: Necesita riego abundante, ya que su sustrato debe estar fresco y húmedo en todo momento.

Luz: Soporta los vientos fuertes y le gusta estar a la sombra, pero con ciertas dosis de sol.

Temperatura: No tolera los climas secos y calurosos, por lo que es resistente a temperaturas frías y a las heladas.

Sustrato: Prefiere suelos fértiles, frescos y algo húmedos.

Multiplicación: El proceso de multiplicación del fresno se puede realizar por semillas o por injerto.

Floración: Florece entre los meses de abril y mayo con abundancia.

Otros datos de interés:

¿Jardín o macetero?: Este tipo de árboles podemos verlos normalmente en jardines, parques y zonas verdes.

Curiosidades:

Los frutos del fresno son alargados y se llaman sámaras. Se caracterizan por su color verde y porque el proceso de maduración tiene lugar en la época otoñal.

Sus hojas se preparan a modo de infusiones para tratar problemas diuréticos. Además, también se utilizan en carpintería y ebanistería, es un excelente combustible y alimenta al ganado.

Es un árbol muy utilizado en parques y jardines por ser una especie que proporciona muy buenas sombras y por ser muy resistente a las enfermedades. También, se caracteriza por la coloración amarillenta de sus hojas que muestra en el otoño.